Esta es la historia de Kiki, un pobre bulldog que estuvo al borde de la muerte en Southern California Bulldog Rescue después de despertarse un día en un charco de sus propios desechos.
El fundador del rescate, Skip Van Der Marliere, llevó directamente al perro al veterinario. Se cree que a Kiki la dejaron en una jaula de garaje cuando era niña, razón por la cual se enfermó tan pronto.
Cuando llegó al refugio en mayo, estaba frágil y desnutrida, con dos enfermedades autoinmunes no tratadas y enormes llagas infectadas.
A pesar de su salud, Kiki siempre estuvo interesada en aprender sobre las personas que la rodeaban. Además, Skip era consciente de que necesitaba actuar admirablemente para mantener a Kiki con vida. Dijo que “no es el momento de irse” y que haría todo lo posible para mantenerla con vida. Esperamos que Kiki pueda volver a vivir una vida normal.
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