Marisa, de Coraço100dono, una organización dedicada al cuidado de animales, se hizo cargo de él. Lo llevó al veterinario de inmediato, pues su estado eга ɩаmeпtаЬɩe. El perro, al que llamaron Valentí, estaba desnutrido, infestado de pulgas y parásitos, y sufría de una ɡгаⱱe deshidratación.
El agente inmobiliario aseguró que el dueño anterior no tenía perro. La única explicación posible es que Valentí fue abandonado en la casa, ya que la puerta estaba cerrada con llave y no podía escapar. Nadie lo vio hasta que la pareja entró en la vivienda.Durante semanas, Valentí solo había tenido agua de lluvia para beber. Su cuerpo estaba débil, pero sus ojos reflejaban una profunda esperanza de sobrevivir.
Marisa lo llevó de vuelta a su refugio al día siguiente. La historia de Valentí se difundió rápidamente en las redes sociales, conmoviendo a miles de personas.
La gente se volcó con Valentí. Le enviaron comida, mantas y juguetes. Marisa le preparó un plato delicioso, que Valentí devoró con gusto. Por fin, después de tanto tiempo, podía disfrutar de una comida caliente.
Marisa también lo llevó a dar un paseo por el parque. Valentí, que llevaba meses sin salir al exterior, corría y saltaba con alegría. eга como si hubiera renacido.
Tres días después de su rescate, Valentí había ganado un kilo de peso. Su cuerpo comenzaba a recuperar la fuerza que había perdido. Podía caminar correctamente y jugar con otros perros.
Aunque todavía tenía un largo camino por recorrer, Valentí ya podía dormir en una cama caliente y segura. Había encontrado un hogar, un lugar donde lo amaban y lo cuidaban.
La historia de Valentí es un ejemplo de la crueldad que sufren muchos animales abandonados. Pero también es un testimonio de la bondad y la compasión de la gente que se dedica a rescatar y cuidar a los animales necesitados.
Gracias a Marisa y a Coraço100dono, Valentí pudo recuperar su salud y su alegría. Su historia nos recuerda la importancia de la responsabilidad hacia los animales y la necesidad de luchar contra el abandono y el maltrato.