Putol nació sólo con sus patas delanteras, pero nunca dejó que su discapacidad la detuviera.
Putol, que se traduce literalmente como “picado” en el idioma tagalo de Luzón, Filipinas, se ve con frecuencia corriendo con otros caninos y explorando el barrio Casiguran de las calles laterales y alcantarillas de Quezon City.
¿Podemos tomarnos un minuto para reflexionar sobre la realidad de que a esta pobre niña la han llamado “cortada”?
Más allá de su dudoso nombre, la cachorrita es una gran atracción en el barrio por su valentía y ganas de vivir.
El camionero local, Danilo, dijo: “Nos conocimos hace seis años.
“Los otros cachorros fueron vendidos, pero nadie quería a Putol, el pobre cachorro de dos patas”.
Nada se te meterá más en la piel que ese comentario.
“No esperaban que ella sobreviviría mucho tiempo”, continuó Danilo.
“No podíamos pensar en otra cosa que en Putol”.
¿No se te ocurrió nada?
Putol no pudo caminar durante los primeros dos años de su vida, pero gradualmente aprendió a mantener el equilibrio sobre sus patas delanteras y pronto aprendió a hacerlo.
“Putol actúa como un perro guardián y ladra cuando se acerca un extraño”, explicó Danilo.
“Ella no tiene problemas cuando tengo que viajar por trabajo ya que todos la cuidan.