En una encantadora pradera, se produce una deliciosa conmoción cuando un juguetón caballo interrumpe un juego de pelota entre dos animados cachorros Beagle.
Los perros jóvenes, imperturbables por el caballo más grande y fuerte con el que juegan, persiguen con entusiasmo a su compañero equino, usando sus diminutas patas para seguir el ritmo.
Mientras el sol se esconde tras el horizonte, proyectando un cálido resplandor sobre la pradera, el juego continúa sin cesar.